lunes, noviembre 28, 2005

Tradicion de Navidad o Marketing

El Pase del Niño con toda seguridad la fiesta Cuencana de mayor atractivo para quienes visitan la ciudad durante el mes de diciembre, son los alegres y coloridos pases del niño que son procesiones para venerar a la escultura del Niño Dios. Esta manifestación de la religiosidad popular tiene una extraordinaria riqueza de simbolismos sagrados y sociales en los que se conjugan tradiciones indígenas y urbanas.

La principal procesión es el pase mayor del 24 de diciembre que tiene un complejo sistema de organización que se inicia con meses de anticipación, preparación en la que los principales protagonistas son los priostes y mantenedores que son personas encargadas de apoyar económicamente y en todos lo aspectos organizativos como las invitaciones a los niños de la ciudad y del campo, la preparación de los disfraces, comidas, etc. El pase del 24 de diciembre que recorre las principales calles del centro histórico de la ciudad, se inicia a las diez de la mañana y tiene una duración aproximada de cuatro horas.

El desfile lo protagonizan imágenes escultóricas del Niño Dios provenientes de iglesias y de propiedad particular que van engalanadas y acompañadas por niños disfrazados de pastorcillos, ángeles, vírgenes, reyes magos, cholas, cañarejos, fitajas, etc. Los carros alegóricos (vehículos decorados con grandes cortinas y decoraciones que representan diversas escenas bíblicas y motivos autóctonos), conjuntos musicales campesinos y bandas populares que interpretan las llamados "tonos del niño", constituyen elementos imprescindibles. Merecen destacarse también los mayorales (antiguos campesinos del Cañar que tenían prestigio y poder social) que conducen caballos arreglados en forma artística con cintas guirnaldas de frutas y ofrendas para el Niño consistentes en productos campesinos, frutas, licores y alimentos cocinados como el típico cuy.

Con la llegada de los Españoles al nuevo continente y su posterior conquista, los pueblos aborígenes poseedores del cultura y creencias religiosas propias adoptaron la religión cristiana. No se puede afirmar con exactitud, desde cuando en el Ecuador y concretamente en Cuenca, nace la devoción al Niño Dios, pero podemos asegurar que ésta tiene sus inicios en la Colonia. Por investigaciones realizadas se sabe que la portentosa imagen hoy llamada del "Niño Viajero" fue mandada a trabajar por Doña Josefa Heredia en el año de 1823; ella fue quién inicia el culto a la hermosísima escultura. En el año de 1961, Monseñor Miguel Cordero Crespo, realizó un largo viaje para visitar los Santuarios más importantes de España, Portugal, Italia, Grecia, Palestina, Egipto y México entre otros, llevando consigo la sagrada imagen del Niño; teniendo además la oportunidad de colocarla en el mismo lugar en el que hace dos mil años naciera Jesús en Belén, El Santo Padre Juan XXIII bendijo a la portentosa imagen y a su retorno al Ecuador y a Cuenca el pueblo devoto del dio el Título de: "Niño Viajero". Así, el 24 de Diciembre, el pueblo Azuayo rinde homenaje a la sagrada imagen con "la gran Pasada", está da inicio su recorrido desde la Avenida Ordóñez Lazo hasta llegar a la Catedral de la Inmaculada en el parque Calderón.
Con el paso de los años la tradición de Navidad se ha convertido en marketing de compras, la gente va perdiendo el verdadero sentido de esta fiesta y se convierte en una simple estrategia comercial

Vinicio

Viaja en el Tren del Diablo

Cuando la ciudad de Riobamba (capital de la provincia de Chimborazo) aún no despierta del todo, se escucha el rugir de una locomotora que anuncia su partida hacia la Nariz del Diablo. Además del extraño nombre, hay otro característica particular, las decenas de pasajeros no viajan en el interior de los vagones, sino apiñados en los techos. "Esa es la gracia, señor, porque así se puede ver el paisaje", explica la gente en la estación.

Bofetadas de viento y repentinas lágrimas del cielo. Remolinos de tierra y flechazos de calor provenientes del sol. Hombres en perpetuo equilibrio en techos convertidos en butacas, para observar escenarios cambiantes: una cadena de montañas, un campo de cultivo, una laguna sedienta, un viejo cementerio o un puñado de casas desperdigadas en senderos polvorientos.

Despliegue de colores y matices serranos en una mañana somnolienta en la que el bostezo metálico de una locomotora anunció el despertar del tren, ese esqueleto de vagones y asientos vacíos que serpentea -perezosamente incansable- por quebradas, montañas y riachuelos, en su afán de llegar hasta las narices del Diablo.

Y el tren vibra, se estremece, sufre y echa humo negro, antes de iniciar su osada travesía... y los pasajeros de última hora se cuelgan de los estribos humedecidos por la garúa y suben al techo y buscan un lugarcito para sentarse o discuten con el hombrecillo que pretende alquilarles un cojín "a sólo un dólar, mister"; entonces, la locomotora lanza su estertor final y alguien trastabilla y grita y está a punto de caer. Las ruedas rechinan al raspar los rieles. La estación de Riobamba va quedando atrás.
Las curvas y las pequeñas cuestas son un desafío para la locomotora, que sufre, chilla, pita y se esfuerza hasta salir victoriosa. El tren vuelve a sus cotidianas y "diabólicas" travesuras, mientras que los viajeros -incómodamente sentados en los techos de los vagones- comienzan a entender por qué el trayecto que une la ciudad de Riobamba con la Nariz del Diablo (una depresión de 90 grados), tiene la fama de ser el "más difícil del mundo".
Originalmente, el destino final del recorrido era la ciudad de Durán en la provincia del Guayas, pero la vía fue destruida durante el Fenómeno El Niño de 1982 y 1983. En la actualidad, el tren llega hasta la Nariz del Diablo, luego retorna a la estación de Alausí.
La historia ferroviaria del Ecuador se inició en 1910 con la puesta en marcha de la línea Quito-Guayaquil. La construcción de esta obra demoró más de 30 años y contó con el financiamiento y asesoría técnica de los Estados Unidos.

"Ayúdenme que me caigo"

"Tiene que subir y viajar en el techo, señor, esa es la gracia del tren", recomienda, ordena o exige, una de las decenas de vendedores "de todo y para todos los gustos" que pululan en la estación de Riobamba, en los minutos previos al bostezo metálico de la locomotora.
Escaleras atestadas de gente. Hay que subir rápido para "ganar un pedacito del techo", porque si uno llega tarde o se demora, tendrá que conformarse con viajar en el vagón de asientos confortables o lo que es peor aún, resignarse a ver sólo por las ventanas los espléndidos paisajes que bordean la ruta de este legendario tren, que se ha convertido en uno de los principales atractivos turísticos de la sierra ecuatoriana.
Sí, otear los Andes desde el techo de un vagón es una experiencia única y fascinante, porque no sólo se aprecia la magnificencia de la naturaleza lo que hace especial este viaje, sino que se puede sentir el golpeteo del viento, el frío que se entromete por los resquicios de la ropa, la lluvia inconstante que viene y se va, los tímidos rayos del sol que no se animan a brillar del todo.

Todo puede suceder en el techo. Un hombre vende gorras de maquinista o "vielas" (cervezas) bien heladitas... y para no caerse en sus acrobáticos paseos, pide una "manito" a sus posibles compradores; una niña sortea las piernas de los viajeros y va de vagón en vagón ofreciendo tortillas de plátanos, café caliente y empanadas, pero uno de sus "colegas" -bigotón y con cara de pocos amigos- la riñe y le dice que se quede tranquila, que no le malogre el negocio.

En su recorrido por las tierras serranas, el ferrocarril de los vagones fantasmas recoge los saludos de la gente del campo... y una señora deja su atado de paja para decirle adiós a esos "turistas locos que viajan en el techo" y un niño -piel mate, mejillas resecas, cabello grasiento- se acerca al borde del riel y extiende sus manitas en gesto suplicante. Le tiran unas golosinas, el chico corre, salta, cae, rueda por el campo. No puede cogerlas, se las lleva el riachuelo.
Las ventas siguen, el tren avanza, nadie se cae, todos dan una manito... y en el horizonte aparecen los trazos lejanos de la estación de Alausí. La locomotora vuelve a pitar, celebra su triunfo inminente, porque ya falta poco -30 o 45 minutos nomás- para llegar a la Nariz del Diablo, una depresión profunda perfilada en las alturas.
Cinco hora en el techo. El viaje termina. El tren queda vacío en la estación de Alausí. Ya nadie corre, nadie llega tarde, nadie trastabilla. La locomotora descansa, porque ha vencido una vez más, los desafíos y retos de unas de las rutas férreas más difíciles del mundo.

Vinicio

viernes, noviembre 25, 2005

Aguas Termales Papallacta

A 67 kilómetros, al este de la ciudad de Quito, se encuentra el Spa & Resort de aguas termales “Termas de Papallacta”.
A pesar de encontrarse en las faldas de la Cordillera Oriental Andina, con una altitud de 3.250 metros sobre el nivel del mar, Papallacta es la puerta de entrada a la Amazonía Ecuatoriana. Su clima es frío-húmedo (dependiendo de la estación), con una temperatura diurna promedio ambiental de 10 oC a 14 oC.
Con sólo llegar a Termas de Papallacta empezarás a sentir la frescura del aire vivificante y diáfano que se origina en el singular encuentro de los vientos de la Selva Amazónica con las rocas, bosques y agua de las altas montañas andinas.

La riqueza hidro-termal de las aguas se debe a que la zona de Papallacta se encuentra situada privilegiadamente entre dos majestuosos volcanes andino-ecuatoriales: el Cayambe y el Antisana. Las aguas termales que alimentan las fuentes de Papallacta surgen de profundas capas geologicas a través de fisuras hasta llegar a la superficie con todo su potencial saludable que es admiración de propios y extraños.

La temperatura de las termas en su origen varía entre 30°C y 70°C (85° a 157°F) y la temperatura de las piscinas fluctúa entre 38° y 42° C (97° a 108° F). El agua termal volcánica tiene un notable efecto de rehabilitación, y es beneficiosa para quienes sufren de reumatismo, artritis, stress, insomnio, alteraciones digestivas y otros.
Las aguas ejercen su acción en el organismo por tres modos:

- Inhalación: Por su condición hipertermal se produce constantemente vapor de agua que es absorbido por el sistema respiratorio, permitiendo el humedecimiento, desprendimiento, movilización y eliminación de secreciones del tracto respiratorio.
- Balneación: Por inmersión del cuerpo y contacto del agua con la piel. Su condición hipertermal y mineromedicinal logra la apertura de poros en toda la superficie corporal facilitando la eliminación de toxinas así como el ingreso de los minerales que el organismo requiere para su buen funcionamiento.
- Ingestión: La toma de agua termal bajo prescripción médica puede ayudar en diferentes precesos metabólicos y/o patológicos.

Vinicio

miércoles, noviembre 23, 2005

Cuenca la Atenas del Ecuador

Quiero empezar por mostrarles la ciudad de donde soy originario, su nombre es Cuenca, si alguién de España lee este artículo puede pensar que se trata de la Cuenca española, pero no, de todas formas según me han dicho ambas tienen un bastante parecido, si vives en España o conoces dicha ciudad y tienes la posibilidad de ver las imágenes que te voy a indicar, me puedes decir si existe o no el parecido.

Trataré de ser lo más fino posible en escoger las mejores fotografías para que puedan disfrutar de las bondades que mi ciudad tiene.

Las cúpulas de la Catedral principal símbolo de nuestro catolicismo son parte del cielo. Sus hinchadas siluetas se anteponen a las sombrías nubes, cargadas de lluvia, que amenazan con su llanto de gotas persistentes; pero eso no asusta al viajero... y levanta los ojos y contempla perplejo, absorto, maravillado el extraño resplandor que las envuelve a pesar de la luz incierta.


Pero la contemplación no termina allí, se prolonga hacia los templos de esbeltos campanarios, a las calles adoquinadas, a las casas coloniales con balcones de hierro fundido y a las tejas rojizas que coronan las construcciones de Cuenca, la capital de la provincia del Azuay, ubicada en la sierra meridional del Ecuador.
Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, Cuenca (2549m.s.n.m) es una ciudad de ambiente colonial, donde la centenaria prestancia de sus iglesias y edificios parecen dotar a sus habitantes de una acogedora tranquilidad, argumentos que le han valido para ser considerada, por muchos ecuatorianos, como la ciudad más bella de su país.

En 1557, los españoles la fundaron con el nombre de Santa Ana de los Cuatro Ríos de Cuenca. Anteriormente, la zona fue habitada por los nativos cañaris, que fueron conquistados por las huestes del Inca. Al apoderarse del lugar, los "hijos del sol" decidieron construir una gran ciudad (Tomepampa), destinada a convertirse en el Cusco del norte.
El pasado vive en Cuenca. Y eso el viajero puede sentirlo, como también siente que tras los muros coloniales se levanta una ciudad pujante, que mira al futuro con optimismo.

Mientras tanto…
Las cúpulas siguen siendo parte del cielo.

Vinicio.

miércoles, noviembre 16, 2005

El Parque Tecnológico de Walqa y Zaragoza

Hola soy Vinicio un Ecuatoriano que siempre les mantendrá informado de algo interesante desde Zaragoza - España y específicamente en el Parque Tecnológico de Walqa.
Les invito a visitar mi blog, que fundamentalmente tiene por objetivo mostrarles lugares y cosas interesantes, espero que sea de su agrado y sobre todo que intercambiemos información de todo un poco.

A continuación les muestro unas imágenes del Parque y también de Zaragoza para que tenga una idea de los mismos y sobre todo las páginas web en donde puedes encontrar información relacionada.

Parque Tecnológico Walqa

Parque Tecnológico Walqa • Ctra. Zaragoza, 22197 Huesca [España]
Teléfono: (+34) 974 29 92 06•Fax: (+34) 974 21 54 82

Zaragoza


Esta es la página web donde puedes econtrar muchas cosas sobre la ciudad y sus lugares más representativos.

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