miércoles, marzo 29, 2006

Tradiciones de Semana Santa

Más de cuatro siglos han pasado desde que Quito fuera escenario de las primeras procesiones de Semana Santa. Hoy, esta fecha religiosa es el tiempo en el que la ciudad entera y particularmente su centro histórico- se entrega a los diversos rituales de fe de la Semana Santa, convirtiendo a Quito en el mejor escenario para acercarse a la cultura de un pueblo. Una tradición de antiguas raíces es la celebración del domingo de ramos, con la puesta en escena de la entrada de Jesucisto a Jerusalén.

Para la fecha, se acostumbra tejer los motivos más diversos en hojas de palma o ramos y éstos se bendicen en los templos, al igual que se hacía en el siglo XVI. El Miércoles Santo, en las catedrales de las ciudades donde hay procesiones, se realiza la ceremonia del "arrastre de caudas". Participan en ella el obispo y los arcedianos vestidos con unas capas negras -las caudas- cuyas partes posteriores cuelgan como colas. El cortejo sale en procesión hacia el altar mayor, acostándose sus participantes boca abajo cuando llegan frente al presbiterio. Un sacerdote con una bandera ancha la pasea por encima de los personajes acostados mientras el coro entona canciones sobre la pasión y muerte de Cristo. Esta imponente ceremonia de origen medieval tiene como objeto recordar que no importa nuestra posición social o económica: todos tenemos que morir para vivir como Cristo en la gloria. Asímismo, en todas las ciudades se acostumbra visitar siete iglesias, recordando los pasos de Cristo de Herodes a Pilatos.

La procesión más importante de la Semana Santa es la procesión de Jesús del Gran Poder, que sale en Viernes Santo del templo de San Francisco y en la que participa la impresionante cantidad de 100.000 personas disfrazados de cucuruchos, penitentes, Cristos, soldados romanos, ladrones buenos y malos; y todos los personajes de la historia sagrada. La fuerte carga iconográfica de la celebración de la Semana Santa viene de tiempos de la Colonia, cuando incluso se llegaba a quemar a la luna y al sol durante los sermones, para ilustrar así, la extinción de los ídolos.

Hoy, el Viernes Santo es la fecha en la que se puede observar un conjunto de imágenes deslumbrantes, cuando se suman al recorrido en andas de las imágenes religiosas de la Colonia, los cucuruchos y sus capas blancas, negras, moradas y cubiertos las caras con grandes capuchas que terminan en puntiagudos conos; y los penitentes: encapuchados con los torsos desnudos y flagelándose con diversos azotes, entre una miríada de personajes que llenos de devoción religiosa salen a manifestarla en las calles.


Vinicio

lunes, marzo 20, 2006

Leyendas Ecuatorianas

Las leyendas son historias inverosímiles creadas a través del tiempo por el ingenio popular, en las que se refleja un poco de folcklore, mitos y costumbres de un pueblo. Las leyendas Ecuatorianas en su mayoría tienen su orígen en época de la conquista española. Nace de anécdotas y experiencias de célebres personajes de ese tiempo que al ser transmitidos de una a otra persona el ingenio popular va dejando sus huellas hasta convertirla en una historia un tanto real y un tanto ficticia.

CANTUÑA...

Famosa es la leyenda que cuenta cómo el convento de San Francisco de Quito fue construida por Cantuña mediante pacto con el diablo. Ésta relata cómo Cantuña contratista, atrasado en la entrega de las obras, transó con el maligno para que, a cambio de su alma, le ayudara a trabajar durante la noche. Numerosos diablillos trabajaron mientras duró la oscuridad para terminar la iglesia. Al amanecer los dos firmantes del contrato sellado con sangre: Cantuña por un lado, y el diablo por el otro, se reunieron para hacerlo efectivo. El indígena, temeroso y resignado, iba a cumplir su parte cuando se dio cuenta de que en un costado de la iglesia faltaba colocar una piedra; cuál hábil abogado arguyó, lleno de esperanza, que la obra estaba incompleta, que ya amanecía y con ello el plazo caducaba, y que, por lo tanto, el contrato quedaba insubsistente .
Ahora bien, la historia, a pesar de haber contribuido al mito, es algo diferente.Cantuña era solamente un guagua de noble linaje, cuando Rumiñahui quemó la ciudad. Olvidado por sus mayores en la historia colectiva ante el inminente arribo de las huestes españolas, Cantuña quedó atrapado en las llamas que consumían al Quito incaico. La suerte quiso que, pese a estar horriblemente quemado y grotescamente deformado, el muchacho sobreviva. De él se apiadó uno de los conquistadores llamado Hernán Suárez, que lo hizo parte de su servicio, lo cristalizó, y, según dicen, lo trató casi como a propio hijo. Pasaron los años y don Hernán, buen conquistador pero mal administrador, cayó en la desgracia. Aquejado por las deudas, no atinaba cómo resolver sus problemas cada vez más acuciantes. Estando a punto de tener que vender casa y solar. Cantuña se le acercó ofreciéndole solucionar sus problemas, poniendo una sola condición: que haga ciertas modificaciones en el subsuelo de la casa.

La suerte del hombre cambió de la noche a la mañana, sus finanzas se pusieron a tal punto que llegaron a estar más allá que en sus mejores días. Pero no hay riqueza que pueda evitar lo inevitable: con los años a cuestas, al ya viejo guerrero le sobrevino la muerte. Cantuña fue declarado su único heredero y como tal siguió gozando de gran fortuna. Eran enormes las contribuciones que el indígena realizaba a los franciscanos para la construcción de su convento e iglesia. Los religiosos y autoridades, al no comprender el origen de tan grandes y piadosas ofrendas, resolvieron interrogarlo. Tantas veces acudieron a Cantuña con sus inoportunas preguntas que éste resolvió zafarse de ellos de una vez por todas. El indígena confesó ante los estupefactos curas que había hecho un pacto con el demonio y que éste, a cambio de su alma, le procuraba todo el dinero que le pidiese. Algunos religiosos compasivos intentaron el exorcismo contra el demonio y la persuasión con Cantuña para que devuelva lo recibido y rompa el trato. Ante las continuas negativas, los extranjeros empezaron a verlo con una mezcla de miedo y misericordia. A la muerte de Cantuña se descubrió en el subsuelo de la casa, bajo un piso falso, una fragua para fundir oro. A un costado había varios lingotes de oro y una cantidad de piezas incas listas para ser fundidas.

El Gallito de la Catedral...

En los tiempos en que Quito era una ciudad llena de imaginarias aventuras, de rincones secretos, de oscuros zaguanes y de cuentos de vecinas y comadres, había un hombre muy recio de carácter, fuerte, aficionado a las apuestas, a las peleas de gallos, a la buena comida y sobre todo a la bebida. Era este don Ramón Ayala, para los conocidos "un buen gallo de barrio".
Entre sus aventuras diarias estaba la de llegarse a la tienda de doña Mariana en el tradicional barrio de San Juan. Dicen las malas lenguas que doña Mariana hacía las mejores mistelas de toda la ciudad. Y cuentan también los que la conocían, que ella era una "chola" muy bonita, y que con su belleza y sus mistelas se había adueñado del corazón de todos los hombres del barrio. Y cada uno trataba de impresionarla a su manera.
Ya en la tienda, don Ramón Ayala conversaba por largas horas con sus amigos y repetía las copitas de mistela con mucho entusiasmo. Con unas cuantas copas en la cabeza, don Ramón se exaltaba más que de costumbre, sacaba pecho y con voz estruendosa enfrentaba a sus compinches: "¡Yo soy el más gallo de este barrio! ¡A mí ninguno me ningunea!" Y con ese canto y sin despedirse bajaba por las oscuras calles quiteñas hacia su casa, que quedaba a pocas cuadras de la Plaza de la Independencia.

Como bien saben los quiteños, arriba de la iglesia Mayor, reposa en armonía con el viento, desde hace muchos años, el solemne "Gallo de la Catedral". Pero a don Ramón, en el éxtasis de su ebriedad, el gallito de la Catedral le quedaba corto. Se paraba frente a la iglesia y exclamaba con extraño coraje:
- "¡Qué gallos de pelea, ni gallos de iglesia! ¡Yo soy el más gallo! ¡Ningún gallo me ningunea, ni el gallo de la Catedral!". Y seguía así su camino, tropezando y balanceándose, hablando consigo mismo, - "¡Qué tontera de gallo!"
Hay personas que pueden acabar con la paciencia de un santo, y la gente dice que los gritos de don Ramón acabaron con la santa paciencia del gallito de la Catedral. Una noche, cuando el "gallo" Ayala se acercaba al lugar de su diario griterío, sintió un golpe de aire, como si un gran pájaro volara sobre su cabeza. Por un momento pensó que solo era su imaginación, pero al no ver al gallito en su lugar habitual, le entró un poco de miedo. Pero don Ramón no era un gallo cualquiera, se puso las manos en la cintura y con aire desafiante, abrió la boca con su habitual valentía. Pero antes de que completara su primera palabra, sintió un golpe de espuela en la pierna. Don Ramón se balanceaba y a duras penas podía mantenerse en pie, cuando un picotazo en la cabeza le dejó tendido boca arriba en el suelo de la Plaza Grande. En su lamentable posición, don Ramón levantó la mirada y vio aterrorizado al gallo de la Catedral, que lo miraba con mucho rencor.
Don Ramón ya no se sintió tan gallo como antes y solo atinó a pedir perdón al gallito de la Catedral. El buen gallito, se apiadó del hombre y con una voz muy grave le preguntó:

- ¿Prométes que no volverás a tomar mistelas?- Ni agua volveré a tomar, dijo el atemorizado don Ramón.- ¿Prometes que no volverás a insultarme?, insistió el gallito.- Ni siquiera volveré a mirarte, dijo muy serio.- Levántate, pobre hombre, pero si vuelves a tus faltas, en este mismo lugar te quitaré la vida, sentenció muy serio el gallito antes de emprender su vuelo de regreso a su sitio de siempre.
Don Ramón no se atrevió ni a abrir los ojos por unos segundo. Por fin, cuando dejó de sentir tanto miedo, se levantó, se sacudió el polvo del piso, y sin levantar la mirada, se alejó del lugar.
Cuentan quienes vivieron en esos años, que don Ramón nunca más volvió a sus andadas, que se volvió un hombre serio y muy responsable. Dicen, aquellos a quienes les gusta descifrar todos los misterios, que en verdad el gallito nunca se movió de su sitio, sino que los propios vecinos de San Juan, el sacristán de la Catedral, y algunos de los amigos de don Ramón Ayala, cansados de su mala conducta, le prepararon una broma para quitarle el vicio de las mistelas. Se ha escuchado también que después de esas fechas, la tienda de doña Mariana dejó de ser tan popular y las famosas mistelas de a poco fueron perdiendo su encanto. Es probable que doña Mariana haya finalmente aceptado a alguno de sus admiradores y vivido la tranquila felicidad de los quiteños antiguos por muchos años.
Es posible que, como les consta a algunos vecinos, nada haya cambiado. Que don Ramón, después del gran susto, y con unas cuantas semanas de por medio, haya vuelto a sus aventuras, a sus adoradas mistelas, a la visión maravillosa de doña Mariana, la "chola" más linda de la ciudad y a las largas conversaciones con sus amigos. Lo que sí es casi indiscutible, es que ni don Ramón, ni ningún otro gallito quiteño, se haya atrevido jamás a desafiar al gallito de la Catedral, que sigue solemne, en su acostumbrada armonía con el viento, cuidando con gran celo, a los vecinos de la franciscana capital de los ecuatorianos.

Vinicio

lunes, marzo 06, 2006

En los Ochomiles ( 8.000 m.) con Iván Vallejo

Iván Vallejo R. Nació en Ecuador, en Ambato, el 19 de diciembre de 1959. Un sagitario a tiempo completo. Es Ingeniero Químico, divorciado y tiene dos hijos Andy (21 años) y Kamila (11 años).

Esta es su historia de aventurero.

Se imaginó por primera vez como montañista, a los siete años de edad, en su ciudad natal, una tarde que admiraba la perfección del cono volcánico del Tungurahua. En medio de ese asombro se hacía cientos de preguntas y todas le llevaban a buscar una misma respuesta. ¿Cómo era posible llegar a la cumbre del volcán a través de semejante pendiente?

Aquella tarde por primera vez abrió sus alas y empezó a soñar en ser MONTAÑISTA.

El tiempo echó a correr. Empezó a realizar sus primeras y modestas ascensiones en las colinas cercanas a la ciudad, mientras era un estudiante de la escuela. Luego vino el colegio.

En unas vacaciones de verano, trabajó para comprar su primer par de botas de montaña. Le costaron 100 sucres; había ganado 70 sucres como ayudante de una imprenta y su madre le obsequió los 30 restantes.

Qué importantes fueron en su vida esas primeras botas de montañista.

Pudo ascender al Illiniza Norte, al Rumiñahui, al Tungurahua, al Carihuairazo. Hasta que llegó el gran día, un 23 de octubre de 1978 a las 8h15, cuando alcanzó por primera vez la cumbre del Chimborazo, la montaña más alta del Ecuador (6.310 m.). Acompañado del Padre Manuel Gavilanes y de Luis Lozada, habían logrado su primera gran CONQUISTA.

LAS CIMAS ALCANZADAS



1997: MANASLÚ 8.163 m.

Manaslú en tibetano significa Montaña de los espíritus, y supongo que precisamente esos espíritus benévolos de la montaña son los que Le acompañaron en su segunda expedición al Himalaya.


Participó como miembro de la expedición Suiza liderada por quien es ahora su buen amigo, Kari Kobler. Éran once miembros. Colocaron tres campamentos: CI: 5.500 m., CII: 6.400 m. y CIII: 7.300 m.
El día 19 de septiembre de 1997, a las 11h00, Kari Kobler, los sherpas Ningma, Santa Gurmung e Iván, alcanzaron la cumbre del Manaslú. La octava montaña más alta del mundo a 8.163 m.


1998: BROAD PEAK – 8.047 m.

El mismo Kari Kobler había organizado para el año siguiente, después del Manaslú, una expedición al Karakorum en Pakistán, al Broad Peak, la doceava montaña más alta del mundo. Esta vez éran siete miembros.
Colocaron tres campamentos: CI: 5.500 m., CII: 6.300 m. y CIII: 7.200 m. Cerca del medio día del 6 de julio, Robert Bosch, Kari Kobler e Iván, llegaron a la cima del Broad Peak.


1999-2001: ECUADOR EN EL TECHO DEL MUNDO: EVEREST SIN OXÍGENO 8.848 m.

La montaña más alta del mundo, para los occidentales se llama EVEREST, para lo tibetanos CHOMOLUNGMA y SAGARMATHA para los nepalíes. En el primer caso quiere decir Diosa Madre del Universo y en el segundo, Diosa Madre de la Tierra.

Dos vías son consideradas las más comunes para ascender al EVEREST, la primera por el flanco sureste, a través de la vertiente Nepalí, por donde ascendieron por primera vez Edmund Hillary y Tenzing Norgay el 29 de mayo de 1953. La segunda, por el Tíbet, siguiendo la vía del collado Norte y de la arista noroeste.
Para este proyecto del EVEREST/99, fue miembro de una Expedición Internacional en la que participaron cinco latinoamericanos: Karla Wheelock, Iván Loredo y Enrique Luengo de México, Heber Orona de Argentina e Iván; además dos finlandeses: Ari Piela y Antti Mankinen, un búlgaro y tres rusos.
El 12 de abril llegaron al campamento base del Everest a 5.100 m. Después de cinco días de adaptación a la altura se trasladaron al campamento base avanzado (ABC) a 6.400 m. A partir de allí establecerían tres campamentos de altura: CI: 7.100 m., CII: 7.700 m., CIII: 8.300 m.
Los latinos habían conformado dos grupos: En el primero, Karla e Iván Loredo. Para la colocación de campamentos, Enrique, Heber e Iván. Sin oxígeno irían Heber e Iván.
Para el día 18 de mayo Heber e Iván habían colocado los tres campamentos en las alturas previamente establecidas. Dentro de ese proceso subieron cinco veces al Campo I (pasaron tres noches), tres veces al Campo II (pasaron dos noches) y una vez al campo III.
El 26 de mayo a las tres de la tarde Heber e Iván llegában al sitio del CIII a 8.300 m., con todas las esperanzas de alcanzar al día siguiente la cima del mundo.
A las 7h45 llegaron a la arista final que conduce hasta la cumbre, desde allí ya podían contemplar el punto más alto de la Chomolugma. Los tibetanos ya estaban en la cima, y por fin... a las 8h15 de la mañana del día jueves 27 de mayo, después de soñar en aquél momento, de prepararse y de entrenar con dedicación, llegaron al punto más alto del planeta a 8.848 m. de altitud sin la ayuda de oxígeno suplementario.


2000: K2 Chogorí 8.611 m.

Ubicado a cerca de 3.000 km., al noroeste del EVEREST, en el límite del Tíbet y Pakistán, se halla el K2, la segunda montaña más alta del mundo con 8.611 m. de altitud, pero indiscutiblemente el más difícil de todos los ochomiles, pues el tiempo es capaz de cambiar en tres horas y el barómetro pasa a ser un mero instrumento para confirmar que el clima empeoró.
Mientras a la cima del EVEREST han llegado aproximadamente 1.400 personas (75 sin oxígeno), al K2 sólo cerca de 160 y otros 50 han fallecido en el intento: A decir de Mesnner, el primer montañista que alcanzó los 14 ochomiles: “...en el K2, siempre te encuentras al filo de la navaja”.

K2 son las siglas que corresponden a la denominación Karakorum 2, que fuera otorgada por el Survey India, organismo encargado del levantamiento topográfico en la Cordillera del Karakorum. Es pura coincidencia que K2 corresponda a la segunda montaña de mayor altitud en el mundo. El apelativo del K2 en lengua Balti es CHOGORI y significa Montaña Grande.

2002: CHO OYU, SIN OXÍGENO 8.201m. (Vía Normal: Vertiente Tibetana)

El Cho Oyu es la sexta montaña más alta del mundo con 8.201 m. Ubicada a escasos 50 km. al norte del EVEREST, está asentada a manera de mampara entre la inmensa planicie del Tíbet y la también inmensa, pero abrupta geografía montañosa de Nepal.

Durante cinco días cruzaron el Tíbet, alucinando con la fuerza espiritual de los monjes, con la riqueza espiritual de cada monasterio que visitában, pero también sintiendo el dolor y la decepción de ver cómo tanta historia y tanto patrimonio cultural de miles de años, se ahoga y se diluye ante la invasión de la “nueva cultura” ofrecida por China.

El 15 de septiembre, con la colaboración de 15 porteadores y 15 yaks, llegamos al campamento base del Cho Oyu a 5.200 metros de altitud.
Once y cinco minutos de la mañana del día cuatro de octubre, a 8.201 m. de altitud en el punto más alto del Cho Oyu, la diosa turquesa del Tíbet.

2003: LHOTSE SIN OXÍGENO 8.586 m.

Los 8.516 metros del Lhotse, la cuarta cima de la Tierra, le habrían garantizado un lugar protagonista en la historia del alpinismo si no hubiera sido por su enorme vecino.
Visto desde Nepal, el Lhotse es la exaltación de la dificultad llevada al extremo. Una gigantesca pared vertical de hielo y roca, considerada la más difícil de todo el Himalaya, y sólo conquistada hasta hoy por una potente expedición rusa en el año 1992.
Entre la cumbre principal y el Lhotse Sar –cumbre este-, se eleva la cumbre central de más de 8.400 metros, aún virgen y considerada por Reinhold Messner como un desafío reservado al alpinismo del siglo XXI.
La cara oeste es, por el contrario, una pendiente nevada y regular que surge desde el valle del silencio. Su corta arista norte muere en el collado sur, a 8.000 metros, desde donde crece hasta ensombrecerlo, el Everest.

2003: GASHERBRUM I o HIDDEN PEAK - 8.068 m.

El Hidden Peak, el Pico Oculto de 8.068 metros, es la primera de las montañas que componen el macizo de los Gasherbrums, en el extremo oriental del glaciar Baltoro y en el corazón del Karakorum.

Fronterizo entre Pakistán y la India, debido a su nevada cara sur y a su silueta triangular, destaca de forma prominente sobre el resto de los Gasherbrums; también por eso su nombre es diferente. Por el norte, un collado de 6.500 metros –el Gasherbrum La- es su nexo con el GII y con el resto de sus hermanos.


2003: GASHERBRUM II 8.035 m.

El GII, de 8.035 metros, es una de las cimas del importante grupo de los Gasherbrums, que conforman todo el este del macizo del alto Karakorum.
Al GII le acompañan el GI, o Hidden Peak, de 8.068 metros; el GIII, de 7.952 metros; el GIV, de 7.925; el GV de 7.138 metros; el VI de 7.004 metros y el GVII, de 6.950.
Como todas las montañas del Karakorum, las aristas afiladas y las caras rocosas se enseñorean del ambiente y se zafan elegantes del dominio de los glaciares. El GII se levanta nevado desde su base hasta los 7.000 metros. Sus últimos 1.000 metros son una pirámide absolutamente regular, que más parece trazada con un lápiz que fruto de las convulsiones geológicas. La cima, pequeña y afilada, le confiere a priori, un aspecto más difícil del que luego resulta para los alpinistas que intentan su ascensión.

2004: MAKALÚ – 8 463 m.

El Makalú es la quinta montaña más alta del mundo ubicada en el Nepal. Su nombre parece derivarse de las palabras tibetanas Maha Kala que significan Gran Negro, lo cual es una excelente descripción para la enorme roca piramidal del Makalú, después de que sus flancos han sido despojados de la nieve por la acción del viento. El 15 de mayo de 1995, los montañistas franceses Jean Couzy y Lionel Terray, como miembros de una expedición liderada por Jean Franco, se convirtieron en los primeros conquistadores de la pequeñísima cima del Makalú a 8.463 m. de altitud.

SHISHA PANGMA 8.046 m. Vía Británica

El Shisha Pangma es la única montaña de los catorce ocho miles que se encuentra enteramente en el Tíbet. Este nombre, en tibetano, significa Cresta de la montaña por encima de la planicie, muy descriptivo para lo que puede ser cualquiera de estas enormes montañas que sobrepasan los ocho mil metros.

El dos de mayo de 1964, una imponente expedición de 10 montañistas chinos alcanzó la cima del Shisha Pangma, después de salir del último campamento colocado a 7.700 m.
Sin embargo, después de esta ascensión hubo muchas dudas sobre su arribo al punto más alto de la montaña.

Vinicio

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